Acercarse a las Herencias Culturales de Minorías Étnicas de China
Adentrarse en el mundo cultural de las minorías étnicas de China es como descubrir un tesoro que ha sido cuidadosamente guardado durante milenios. Aquí no hay aburridos libros de texto de historia, solo vibrantes tradiciones culturales transmitidas de generación en generación. Estos tesoros culturales no solo son impresionantes, sino que también muestran la extraordinaria sabiduría de las minorías étnicas. No son meros símbolos de identidad étnica, sino bienes culturales compartidos por toda la humanidad. Ahora, acompáñenos a explorar las herencias culturales de minorías étnicas de China.
Etnia Hui
Fiesta de Ruptura del Ayuno
La Fiesta de Ruptura del Ayuno, a veces transcrito como Eíd al-Fitr o Aíd el-Fitrm, es el primero de los dos días festivos oficiales celebrados dentro del islam. No solo es una de las fiestas más importantes para diez minorías étnicas musulmanas, sino también una viva encarnación de la coexistencia de diversas culturas dentro de la sociedad china. Este evento cultural combina la purificación espiritual, las prácticas religiosas, la interacción social y las celebraciones populares en una gran ocasión. Durante todo el mes, los musulmanes hui adultos que gozan de buena salud y no tienen circunstancias especiales observan el ayuno: se abstienen de comer y beber y ejercen el autocontrol desde el amanecer hasta la puesta del sol cada día. A medida que se acerca el final del Ramadán, el ambiente festivo se hace cada vez más palpable. Los hogares comienzan una limpieza a fondo, que simboliza la purga del polvo viejo para dar la bienvenida a nuevos comienzos. Las mujeres se afanan en preparar manjares tradicionales. Los que están lejos de casa hacen planes para regresar, asegurándose de reunirse antes de la víspera de la fiesta. Además, cada hogar contribuye con una suma acorde a sus posibilidades, basada en el número de miembros, para garantizar que los miembros menos afortunados de la comunidad también puedan participar en las celebraciones festivas.
En la mañana festiva, todos se bañan y se purifican, vistiendo sus atuendos más impecables y hermosos. Los hombres se ponen gorros blancos de oración, mientras que las mujeres se cubren con elegantes pañuelos, que simbolizan la dignidad y la pureza interior de la festividad. Las comunidades hui se dirigen en masa hacia las mezquitas locales o los espacios abiertos designados para asistir a las grandes oraciones congregacionales del Eid al-Fitr. A continuación, los fieles realizan sus oraciones en perfecta armonía, creando un espectáculo solemne y magnífico. Hoy en día, la Fiesta de Ruptura del Ayuno se ha convertido en una ventana vital a través de la cual la sociedad china comprende y respeta las culturas étnicas. Es una celebración integral que abarca los ámbitos espiritual y material, desde el individuo hasta la comunidad. Arraigada en la firmeza de la fe y culminando en la calidez humana, se erige como una espléndida flor nacida de la convergencia y la fusión de las civilizaciones islámica y china.
Edificios de mezquitas
Los edificios de mezquitas de la etnia Hui de China no solo sirve como lugar de culto religioso, sino también como crónica silenciosa de la civilización islámica que se arraigó en suelo chino y se entrelazó profundamente con la cultura indígena. A través de su estilo artístico distintivo y su profundo significado cultural, demuestra la sabiduría y la creatividad de la etnia Hui para integrarse activamente en el sistema cultural chino, al tiempo que defiende con firmeza los principios fundamentales de su fe. Desde una perspectiva arquitectónica, las mezquitas chinas pueden clasificarse en tres estilos distintos, cada uno con características únicas. La primera categoría adopta plenamente la forma y la disposición de la arquitectura tradicional china, como lo demuestran la Gran Mezquita en Xi'an y la Mezquita Niujie en Beijing. La segunda posee auténticas características árabes, representadas por la Mezquita Qingjing en Quanzhou, que es testigo de la historia de los primeros comerciantes musulmanes que llegaron a China a través de la Ruta Marítima de la Seda. Y la última presenta características regionales distintivas, como la Mezquita Id Kah en Kashgar. Como una de las mezquitas mejor conservadas y más típicas de China, la Gran Mezquita tiene una historia de más de 1.200 años, y aparece plenamente diseño de la cultura tradicional china en muchos aspectos, lo que demuestra que China es un gran país que combina múltiples culturas en una muy armoniosa. Aparte de la espectacular vista de las azulejos azules que cubren el techo, las delicadas tallas de cada pared y los cientos de excelentes trabajos de pintura de plantas son el festín artístico para los ojos, muy raros y precioso.
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Etnia Zhuang
Fiesta del Tercer Día del Tercer Mes Lunar
En medio de las verdes colinas y las aguas cristalinas de Lingnan, el tercer día del tercer mes lunar anuncia una gran fiesta: el «3 de marzo» de la etnia Zhuang. No solo es una de las celebraciones tradicionales más antiguas y solemnes de los Zhuang, sino que también es una fiesta cultural que combina canciones, bailes, romance y gastronomía. Venerada como la «Fiesta de las Canciones Zhuang» y el «Día de San Valentín Oriental». Esta fiesta encarna la reverencia de la etnia Zhuang por la naturaleza, su celebración de la vida y su anhelo de una existencia mejor y es el capítulo más vibrante y conmovedor de su patrimonio. Las actividades son ricas y variadas, e incluyen cantar dúo, comer arroz glutinoso de colores, lanzar pelotas bordadas y rendir culto a los antepasados, lo que pone de manifiesto el encanto único de la cultura Zhuang. Entre ellas, la de cantar dúo es el alma de la fiesta. Los jóvenes vestidos con sus mejores galas se reúnen en grupos y se responden unos a otros con canciones improvisadas. Las canciones abarcan una amplia gama de temas, desde preguntas sobre los orígenes y los sentimientos de cada uno hasta alabanzas a la naturaleza y celebraciones de la vida. No se trata solo de un concurso de ingenio y afecto, sino también de una plataforma vital para que los jóvenes busquen relaciones románticas y parejas, rebosante de romanticismo y poesía. La Fiesta del Tercer Día del Tercer Mes Lunar es una epopeya de la nación, compuesta en canciones y pintada en colores, y se erige como una joya deslumbrante dentro del tapiz de la cultura china.
Brocado Zhuang
La etnia Zhuang no solo tiene talento para el canto y la danza, sino que también es excepcionalmente hábil. Gracias a su excepcional ingenio, ha creado una magnífica obra maestra de la artesanía: el brocado Zhuang. Famoso por sus colores vivos, su meticulosa confección, sus exquisitos diseños y su profundo significado cultural, se encuentra junto al brocado Yun, el brocado Shu y el brocado Song como uno de los cuatro grandes brocados de China. Como uno de los símbolos visuales más vivos y espléndidos de la cultura Zhuang, encarna la memoria histórica, las aspiraciones estéticas y la filosofía de vida de esta etnia. La historia del brocado Zhuang se remonta a la dinastía Han. Con el paso del tiempo, las técnicas de tejido maduraron y los diseños se volvieron cada vez más intrincados. Este antiguo arte fue inscrito en 2006 en la lista inaugural del Patrimonio Cultural Inmaterial Nacional, consolidando su estatus como un tesoro cultural apreciado y compartido por la nación china. Aunque el brocado Zhuang se enfrenta a los retos que plantean la producción mecanizada y los cambios en los estilos de vida, su valor cultural y su atractivo artístico son cada vez más reconocidos. Los diseñadores han combinado los motivos tradicionales con conceptos de diseño contemporáneos, impulsando este antiguo tejido al escenario internacional de la moda. Incluso se ha presentado como regalo de Estado a dignatarios extranjeros.
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Etnia Bai
Feria de Marzo
Entre la Montaña Cangshan y el Lago Erhai de Dali, se celebra cada año, el decimoquinto día del tercer mes lunar, la famosa fiesta tradicional de la etnia Bai, la Feria de Marzo, una celebración milenaria que sigue siendo tan vibrante como siempre. No solo sirve como una gran plataforma para que la gente intercambie productos, muestre su cultura y forje lazos emocionales, sino que también es una epopeya maravillosa que transmite la memoria histórica, el espíritu étnico y la vitalidad contemporánea. Se celebra como «mil años reunidos en una feria, una feria reunida durante mil años». La Feria de Marzo cuenta con una larga historia, cuyos orígenes se pierden entre la niebla de los mitos y la historia. La versión más extendida la relaciona con el bodhisattva Guanyin. Por eso, también se conoce como «Feria de Guanyin». Tras más de mil años de evolución, la Feria de Marzo ha pasado de ser un ritual religioso a convertirse en un festival integral que combina la observancia religiosa, el comercio, las actividades culturales y el entretenimiento. En 2008, fue inscrita en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial Nacional, recibiendo el reconocimiento estatal por su importancia cultural. Durante la temporada de festival, la pie de la Montaña Cangshan, al oeste de la Ciudad Antigua de Dali, se transforma instantáneamente en un mar de jolgorio. La magnitud y diversidad del espectáculo son realmente impresionantes. Junto a los comerciantes de todo el país que traen una gran variedad de productos deslumbrantes, las carreras de caballos se erigen como el evento deportivo tradicional más emocionante y visualmente cautivador. Además, cuenta con el arte de las canciones de duelo, que muestran tanto el enfrentamiento intelectual como el intercambio emocional. La Feria de Marzo ha trascendido desde hace tiempo el ámbito de un mercado ordinario, convirtiéndose en un emblema vital de la identidad étnica Bai y mostrando al mundo la vitalidad perdurable de un pueblo antiguo.
Viviendas Bai
Enclavadas entre la Montaña Cangshan y el Lago Erhai, en Dali de Yunnan, se alzan numerosas viviendas elegantes con tejados de tejas azules y paredes encaladas, adornadas con coloridas tallas y elaboradas decoraciones. Son muy tradicionales de la etnia Bai. Estas estructuras representan la sabiduría de la gente Bai, forjada a lo largo de siglos mediante la armonización de la naturaleza, la fe, el arte y la vida cotidiana. Aclamadas como «música congelada» y «crónicas tridimensionales», destacan de forma única en la historia arquitectónica de China por sus distintivos diseños, junto con sus exquisitas artes decorativas. La planta de las viviendas de la etnia Bai es muy característica y refleja un orden ético riguroso y una gran sabiduría en la planificación espacial. El uso de los materiales ejemplifica el principio de adaptación a las condiciones locales. La región de Dali es rica en piedra y madera de alta calidad, lo que ofrece unas condiciones excepcionales para la construcción. Al mismo tiempo, la decoración de las viviendas Bai integra pintura, tallado y caligrafía, destacando especialmente las torres de las puertas y los muros pantalla. Cada detalle refleja una profunda filosofía cultural. Xizhou cuenta con más de 110 edificios tradicionales con características Bai, como las mansiones Yan, Dong, Yang y Zhao. En la historia, Xizhou tuvo la reputación de "una familia con tres jinshi y cuatro juren en el mismo examen" y, en la era moderna, es conocida como la "tierra natal de cuatrocientos profesores". Las viviendas de la etnia Bai son mucho más que simples refugios. Sus exquisitas artes decorativas reflejan un enfoque estético de la vida, mientras que su perfecta armonía con el entorno encarna el concepto cosmológico de «unidad entre el cielo y la humanidad». Entrar en una vivienda Bai es adentrarse en una profunda enciclopedia de la cultura Bai.
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Etnia Miao
Festival Miao
En las regiones de China habitadas por los miao, especialmente en los asentamientos principales de Qiandongnan, en Guizhou, y Rongshui, en Guangxi, existe una fiesta más grandiosa y distintiva que la Fiesta de Primavera: el Festival Miao. Es la celebración anual más importante de la etnia Miao, que marca la cosecha, honra a los antepasados y da la bienvenida al nuevo año. El Festival Miao se celebra normalmente después de la cosecha de otoño (entre el décimo y el duodécimo mes lunar, con fechas que varían según la región). La gente celebra grandes fiestas para dar gracias por la generosidad de la naturaleza y regocijarse por el trabajo realizado durante el año. El culto a los antepasados es la parte más sagrada. Al comienzo de la fiesta, cada familia prepara las ofrendas más abundantes, como arroz glutinoso, pescado, carne y vino de arroz, que los ancianos de la familia presentan con reverencia durante la ceremonia. Rezan para que los antepasados bendigan la prosperidad de la familia y un año de buen tiempo. Tras los ritos sacrificiales y los banquetes familiares, toda la aldea miao sale de los confines privados de los hogares y se reúne en la plaza, transformándose en una escena bulliciosa y exuberante de prosperidad. Las mujeres miao, ataviadas con sus mejores galas festivas, lucen enormes tocados de plata, collares de plata que rodean sus cuellos en capas y capas, y se envuelven en espléndidas prendas bordadas con motivos étnicos. Irradian un brillo deslumbrante, su esplendor es realmente impresionante. Los conjuntos de flautas de caña de cada aldea se colocan en círculo y tocan sus instrumentos con sonidos agudos y resonantes mientras interpretan la danza rítmica y distintiva de las flautas de caña. Cuando las celebraciones alcanzaron su punto álgido, los aldeanos organizaron su famosa «fiesta de la mesa larga». Cientos y cientos de mesas se alinearon una tras otra a lo largo de la calle principal del pueblo, extendiéndose hasta donde alcanzaba la vista. Todos los habitantes del pueblo y los invitados venidos de lejos se sentaron uno al lado del otro, con las mesas repletas de especialidades miao: sopa agria de pescado, cerdo curado, arroz glutinoso y mucho más. Todos participan en el festín mientras disfrutan de la alegría de la abundante cosecha.
Adornos de plata
Dentro del resplandeciente tesoro artístico de las minorías étnicas de China, los adornos de plata de la etnia Miao constituyen uno de los capítulos más impresionantes y magníficos. Mucho más que simples adornos, encarnan la memoria migratoria de una etnia, son un receptáculo de sus creencias, un símbolo de identidad y un depósito de riqueza. Se les celebra como «cuentos épicos que se llevan puestos» y «libros de historia sin palabras». Los orígenes y la evolución de los adornos de plata miao están íntimamente ligados a la prolongada y tumultuosa historia de esta etnia. A lo largo de milenios de migraciones, los miao perdieron su lengua escrita y fueron desplazados repetidamente de sus tierras natales. Así, transformaron su profunda memoria cultural, su antiguo culto a los tótems y su añoranza por las tierras ancestrales en símbolos visuales tangibles. Gracias a las diligentes manos de su pueblo, estos fueron grabados en la preciosa plata. Un conjunto completo de adornos ceremoniales de plata de las mujeres miao abarca casi todas las partes del cuerpo, desde la cabeza hasta los pies, formando un sistema intrincado y magnífico. Los motivos de la platería están lejos de ser meros adornos; son códigos culturales que contienen la memoria colectiva del grupo étnico. Toda la artesanía está realizada casi en su totalidad a mano. En esencia, la platería miao representa la fusión perfecta entre la artesanía material y el significado espiritual. Cuando una mujer miao se viste con su atuendo ceremonial, no solo lleva consigo la riqueza de su familia, sino también la historia milenaria y la dignidad de todo su grupo étnico.
Etnia tibetana
Festival Sho Dun
El festival Sho Dun, comúnmente conocido como Festival del Yogur, es un festival que se celebra anualmente en el palacio Norbulingka en Lhasa, en el Tíbet. Se celebra en el verano, del 15 al 24 del quinto mes lunar, generalmente a mediados de agosto. Comenzó en el siglo XVI con un banquete ofrecido por los laicos para los monjes con yogur. Más tarde, se agregaron óperas de verano, o Lhamo, y obras de teatro a las festividades. Los hermosos jardines de Norbulingka se llenan de grupos de fiestas protegidos del viento por paredes colgantes de alfombras y lienzos impresos de colores alegres. Hay muchas fiestas y visitantes. Las hogueras son comunes en la noche. Como uno de los festivales tradicionales más antiguos, grandiosos y polifacéticos del Tíbet, el Festival Sho Dun encarna a la perfección la fusión armoniosa entre la cultura budista tibetana y la vida secular. Se trata de una magnífica celebración que marca la transición entre las prácticas ascéticas de la comunidad monástica y una festividad alegre en la que participa toda la población. Las celebraciones del Festival Sho Dun suelen durar varios días, con varias escenas emblemáticas que conforman colectivamente el alma misma de la ocasión. Al amanecer del primer día del festival (el trigésimo día del sexto mes del calendario tibetano), tiene lugar la gran ceremonia del Despliegue de la Imagen de Buda en el Monasterio de Drepung, en Lhasa, que marca el momento más sagrado del festival. Tras el despliegue, las celebraciones se trasladan al Norbulingka y al Parque Tsongkha de Lhasa. Aquí, las principales compañías de ópera tibetana de todo el Tíbet actúan en una serie de grandiosas representaciones teatrales que se suceden durante varios días. La ópera tibetana es aclamada como «el fósil cultural viviente del Tíbet», y el Festival Sho Dun ofrece el escenario más grandioso para mostrar este tesoro cultural. Mientras tanto, en medio de frondosos bosques y arroyos cristalinos, las familias montan tiendas blancas, colocan cojines y exhibían abundantes manjares caseros: yogur delicioso, vino dulce de cebada, té con mantequilla, cordero desmenuzado a mano y una variedad de dulces y pasteles. En esta época, Lhasa se asemeja a un gran recinto festivo al aire libre, rebosante de risas y de la rica vitalidad de la vida cotidiana. El Festival Sho Dun es un río inagotable de cultura étnica. Con origen en preceptos religiosos de hace mil años, ha reunido fe, arte, gastronomía y calidez humana, para finalmente convertirse en un gran carnaval en el que participa toda la población.
Thangka
En la maravillosa tierra del Tíbet existe una deslumbrante forma de arte que sirve tanto como expresión devota de la fe religiosa como enciclopedia de la cultura tibetana: el thangka. Es un tapiz o bandera budista, de seda pintada o bordada. Suele colgarse en monasterios o altares familiares y ocasionalmente es llevado por los monjes en procesiones ceremoniales religiosas. Trasciende el ámbito de la pintura ordinaria, sirviendo como herramienta sagrada para los monjes budistas tibetanos en sus prácticas meditativas y guiando a los devotos en la comprensión de las enseñanzas budistas. Es una forma de arte visual que integra a la perfección doctrinas profundas, rituales rigurosos y una artesanía suprema. Cada thangka ortodoxo constituye un sistema simbólico meticulosamente estructurado. Desde la forma, las proporciones y el colorido de la deidad principal hasta los mudras, los instrumentos rituales y, de hecho, cada detalle del fondo, todo debe ajustarse estrictamente a las prescripciones de las escrituras budistas. Para el practicante, el thangka sirve como una «hoja de ruta» para el cultivo espiritual. A través de la contemplación y la visualización, uno entra en el reino sagrado representado en la pintura, alcanzando así un estado de unión espiritual con el Buda. Tras evolucionar a lo largo de un milenio, la pintura thangka se ha convertido en una variada gama de formas artísticas, que se dividen principalmente en dos categorías: thangkas pintadas y thangkas tejidas. La creación de cada thangka constituye una práctica espiritual larga y sagrada. Su temática es muy amplia, lo que le ha valido el título de «enciclopedia» de la cultura tibetana. Hasta el día de hoy, el arte thangka sigue cautivando al mundo con su encanto perdurable, narrando la esencia profunda, solemne y hermosa de la meseta cubierta de nieve.
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Al concluir este viaje cultural, imágenes vívidas continúan destellando en lo más profundo de nuestra memoria. Los patrimonios culturales de las minorías étnicas no solo son un testimonio de la historia, sino también un recurso valioso para el futuro. A través de la preservación del patrimonio cultural inmaterial, el desarrollo del turismo cultural y las prácticas culturales innovadoras, estas tradiciones atesoradas están siendo revitalizadas. Como semillas, hace tiempo que echaron raíces y brotaron en nuestros corazones, convirtiéndose en otra forma de comprender el mundo.
